Capítulo anterior: https://gary-d-crowley.blogspot.com/2020/12/16-cronicas-de-la-retaguardia-i.html
Abril del año 2049.
Canaán es un país
muy especial. Único entre los países del Medio Oriente, su religión mayoritaria no es el
taslim[0] sino el arxorismo, que es profesada por el 90% de su población de 30
millones de habitantes, los cuales viven en un territorio de 98 mil
kilómetros cuadrados, compuestos por cuatro repúblicas: Israel, Líbano, Palestina y el Sinaí, convirtiéndolo, con una densidad poblacional de 306
habitantes por kilómetro cuadrado, en el segundo país más superpoblado de la región, solo superado por el reino insular de Baréin.
Aunque se sabe que
el arxorismo existía desde hace miles de años, esta religión se desarrolló por
primera vez en Fenicia —hoy parte de Canaán—, cuyas ciudades estado fundaron colonias por todo el
Mediterráneo, extendiendo su religión por todo el mundo antiguo. Más aun, su
colonia más famosa, Cartago, se independizó hasta convertirse en el primer
imperio arxorista de la historia[1].
Esto convierte a esta religión en el principal hilo conductor que conecta al
pueblo cananeo con su pasado fenicio, del cual se sienten muy orgullosos.
Siendo las cuatro de
la tarde, la Princesa y el Zar Carmesí caminan tranquilamente por las playas de
Tiro, una de las ciudades más importantes del país, que entre otras cosas, es
uno de los principales destinos turísticos del Mediterráneo, razón por la cual
es posible ver a muchos extranjeros —principalmente brasileños— junto a los
propios cananeos, disfrutando de las playas, ubicadas al sur de la ciudad:
—He estado en muchos
países a lo largo de mi vida, algunos de hecho, ya no existen. Pero Canaán
siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. ¡Aquí hay de todo! Sitios
nocturnos, lugares bonitos que visitar, hermosas vistas, playa, brisa, mar, y
una religión que no abusa de sus creyentes —expresa con alegría la Princesa, ya
que, entre otras cosas, es domingo y no tiene nada que hacer, salvo relajarse y
descansar.
Debido a ello, viste
únicamente un bikini blanco de dos piezas, que deja al descubierto su
escultural figura, cultivada tras innumerables batallas, al tiempo que frota su
cabellera pelirroja con puntas verdes, el cual lleva corto hasta la nuca. Ella tiene un elaborado tatuaje en su espalda, compuesto por un dragón tribal de tres
cabezas, posado sobre una tablilla llena de runas alienígenas, siendo estas,
iguales a las que estaban grabadas al interior del Palacio de la Revolución en
Venezuela.
—Eso sin contar su
particular historia. Quién iría a pensar que la tierra de los fenicios llegara a crear uno de los imperios más grandes de la historia. Lo cual, si me lo preguntas a mí, nos viene al pelo —menciona el Zar
Carmesí con un toque de ironía, mientras toma dos latas de cerveza, una en cada
mano, aunque solo está tomando la que está en su derecha.
El arxorismo logró extenderse a todo el mundo gracias a que durante más de un siglo, Tiro fue el centro de un imperio medieval que abarcó desde la Península Ibérica al oeste hasta Afganistán al este, y desde las estepas del Volga al norte hasta Mesopotamia al sur. Éste imperio, conocido como la asafía de Tiro, propició una labor proselitista que extendió el arxorismo por todos los rincones de la Tierra. No es coincidencia que los
principales centros de peregrinaje y lugares sagrados de esta religión se
hallan en Canaán.
—Así es, mi estimado
amigo vampiro. Además de que Tiro es precisamente, la ciudad santa del
arxorismo. Si hay una ciudad en el mundo que podría llamarse «la capital
mundial de la magia», es esta —señala la Princesa, quien en un movimiento
relámpago, le quita al Zar Carmesí la lata de cerveza que tenía en su mano
izquierda, la cual empieza a saborear con gusto.
Tiro, ciudad portuaria al sur del país, es la ciudad santa del arxorismo, que acoge a
los principales templos de esta religión, así como a su liderazgo religioso,
razón por la cual no hay un barrio de esta ciudad que no posea un templo arxorista. Esto también ha causado que Tiro posea una de
las mayores concentraciones de hechiceros per cápita de todo el mundo, con la
práctica totalidad de sus 170 mil habitantes siendo practicantes, en mayor o
menor grado, de algún tipo de magia, razón por la cual no es extraño ver a personas volando por los aires.
—No solo eso, podría
decirse que Tiro es la tierra prometida: una ciudad segura, bien cuidada, no
demasiado cara y con unas vistas espectaculares. —agrega el Zar Carmesí, quien
está vestido solo con una pantaloneta playera y una camisa, ambas de color
blanco, el jerarca de la orden disfruta del suave sol vespertino mientras
saborea una cerveza enlatada y siente como la brisa marina recorre su larga
cabellera y barba.
Al igual que las
principales ciudades cananeas, Tiro es una ciudad rica, con una baja
criminalidad, casas en muy buen estado, edificios pintorescos —la mayoría,
hoteles de lujo— y calles bien pavimentadas por las que transitan muchos
automóviles de fabricación brasileña, ya que la superpotencia sudamericana es
el principal socio comercial de Canaán.
—Todo Canaán es
un paraíso —aclara la Princesa—. No podemos decir lo mismo de sus vecinos, que
odian a muerte este país. En fin, la envidia los carcome.
Debido a que es el
único estado arxorista del Medio Oriente, sus vecinos, gobernados en su mayoría
por monarquías absolutistas y dictaduras corruptas, guiadas por una
interpretación religiosa extremista del taslim, han declarado en muchas
ocasiones querer borrar a la «nación hereje» de la faz de la Tierra, la cual
es, además, el país más desarrollado y estable del mundo árabe.
De hecho, la
Princesa y el Zar Carmesí se detienen por un rato, a contemplar las ruinas de
un buque de guerra cerca de las playas de Tiro, hundido hace un año cuando
Siria intentó, con la ayuda de las monarquías del Golfo Pérsico, ocupar el país
por tierra, mar y aire, con el pretexto de que el Líbano, una de las repúblicas de Canaán, fue separado arbitrariamente
por los franceses en 1923. La invasión fue repelida en un mes, seguido de un
contraataque cananeo que llegó incluso a bombardear Damasco. Esto resultó en un
tratado de paz humillante, en el que Siria debió abandonar para siempre sus
reclamos territoriales sobre el Líbano, ceder su armada de
guerra, y reducir su ejército a no más de 70 mil hombres, a cambio de que Canaán no ocupara ningún territorio sirio.
—¡Y cómo no! —exclama
el Zar Carmesí con una sonrisa, mientras da el último sorbo a su cerveza—. Desde
aquí hemos dado forma al mundo en estas últimas décadas. Recuerdo que tú, el
Barón y yo dirigimos el golpe de estado que montó a Protogion, sin movernos de Canaán.
La Princesa ríe.
—Por supuesto, mi
estimado colega. Protogion nos facilitó el control de todos los bancos y la
industria militar del Brasil, inyectamos todo el dinero que necesitó para
fortalecer su economía, mientras nos encargábamos de purgar a esos molestos
políticos corruptos que solo nos hacían perder el tiempo. Hecho eso, diseñamos
una política imperialista para extender nuestra influencia por el mundo entero.
¿Quién dice que las segundas partes son malas?
El golpe de estado
del 2000 fue la consolidación de la alianza, entre Protogion de Eta Efevrétis y
la Orden del Libro Verdadero. Mientras el príncipe nephila es la cara visible
del «Milagro Brasileño», sus socios se encargarían de controlar los sectores
clave de la economía brasileña, al tiempo que una purga de sectores contrarios
al nuevo gobierno se inició, dejando en el poder solamente a aquellos
comprometidos con la causa. Tras un proceso que tardó 20 años, Brasil, ahora
convertido en potencia mundial, inicia una política exterior agresiva,
involucrándose en los asuntos mundiales con cada vez más frecuencia, ganando
aliados por todo el mundo.
—Y mientras tanto,
la religión arxorista se expande por todo el planeta. Esta es la guerra santa
entre el monoteísmo atlante y la religión verdadera —expresa el Zar Carmesí.
Conforme los
tentáculos de Brasilia se hacen más largos, el arxorismo se va extendiendo con
ellos, expandiéndose por cada lugar que toca, siendo una parte fundamental del poder
blando[2]
del país sudamericano. Por ende, no es coincidencia de que en todos los países
en los que Brasil tiene influencia, hay una significativa —y creciente—
población arxorista.
—Y no olvides lo
mucho que han ayudado nuestras victorias: la de Yehua contra Harkotian en
Ciudad de México; la derrota de Danaekaia en Puerto España; el avance de
Xitlali y su horda zombi en Colombia; y las de los hijos de Protogion en la
Federación Amazónica. Todo ha jugado enormemente a nuestro favor —agrega la
Princesa.
La guerra entre la
Atlántida y la Orden del Libro Verdadero no ha degenerado en un conflicto
abierto aún, gracias a que, de acuerdo con la Princesa, las victorias de los Heigui contra los atlantes, los ha intimidado hasta convencerlos de que, si
van a una guerra total contra el Brasil, su victoria no está garantizada.
—¿Y qué hay de
Harkotian? —pregunta el Zar Carmesí—. Ha azuzado a sus parientes en América y
adoptado una política exterior más agresiva. ¿Crees que pueda convencer al
Emperador de que tome la iniciativa?
La Princesa se pone
seria y se toma unos segundos para responder.
—Esa es una
incógnita, mi estimado amigo. Si no lo detenemos, él solo podría poner en
peligro todos nuestros planes. ¿Viste ese tratado que firmó ayer Alemania con
todos esos países? Es obvio que ha puesto a Axtreion, Danekaia y a Mirsaia de
su lado. Tenemos que prepararnos para un ataque directo de Harkotian y sus
aliados.
De todas las
superpotencias mundiales, aquella que ha adoptado una política exterior más
anti brasileña ha sido Estados Unidos, controlado desde las sombras por Harkotian, que tras la guerra civil de 2025-2028, no ha escatimado esfuerzos para combatir la creciente influencia brasileña
por todo el mundo: mantuvo a flote a Rusia durante la Guerra de los Huérfanos,
apoyó la creación de la Federación Amazónica y ha puesto bajo su alero a buena parte del hemisferio occidental.
—Ahora que lo
mencionas, ¿Cuántos amigos tenemos en esta región? —pregunta el Zar Carmesí.
La Princesa pide a
su colega que detengan su marcha y habla con un hombre en árabe para que le
alquile una caseta —la única vacía entre las muchas que se hallan en toda la
playa— con dos sillas y dos cócteles. Tras acomodarse, responde:
—Gracias a nuestra
victoria en Irán, al ascenso de un emir amigo en Abu Dabi y la independencia de
la Rojava, tenemos a tres amigos en el Medio Oriente. ¿Por qué la pregunta?
De los 12 países del Medio Oriente, descontando a Canaán, 3 se hallan bajo la esfera de influencia de la orden: Irán, tras el fin de la Revolución Taslimita, producto de una cruenta guerra civil de tres años —2030 a 2033—; Kurdistán, independizado en el 2036 tras la Guerra Civil Siria; y Emiratos Árabes, cuyo presidente, el jeque Kadir bin Sultan al Zayed, se ha declarado abiertamente «amigo incondicional del Brasil» tras ascender al trono en el 2045, siendo la única monarquía árabe aliada de la orden.
—Creo que el
siguiente golpe de Harkotian será en uno de esos países —concluye el Zar
Carmesí—. Los sirios debieron enseñarle que entrar directamente en Canaán es
imposible. Es más, me atrevo a decir que ese maldito nephila está detrás de
ese ataque.
—¿Crees que él sepa
que nuestro cuartel general está aquí?
—No, pero es obvio
que tiene sus sospechas.
Luego de recibir sus
respectivos cócteles, la Princesa saborea gustosa el suyo y menciona:
—No haría daño poner
a nuestros aliados sobre aviso. Movilizaré a nuestros agentes en la región para
que estén alertas ante cualquier cosa que los nephilim quieran hacer.
Tras haber recordado
un detalle importante, la Princesa mira fijamente a su colega con sus ojos
multicolores —el izquierdo azul como el cielo; el derecho, rojo como la sangre—
y pregunta:
»A todo esto, ¿Cómo
le está yendo a tu candidato a jinete de la Guerra?
—Hablé con André
esta mañana y me comentó que ha reunido a un gran número de guerrilleros bajo
su mando, con los que ya han ocupado muchos pueblos del Delta del Orinoco. Ahora
están en camino de ocupar Puerto Figuereido y, están esperando que Sebastião y
Xäphía se unan a su grupo, para atacar juntos la ciudad y capturar al general
Halász de una vez.
—¿Qué tal si Sebastião
reclama la victoria para sí mismo? Ya sabes cómo es ese muchacho.
El Zar Carmesí ríe y
tras deleitarse con un trago de cóctel, responde con un aire de arrogancia y
desprecio:
—Mi candidato no
dejará que ese arribista se lleve el crédito de su victoria. Sebastião es poderoso,
pero es demasiado arrogante e inmaduro para ser el jinete de la Guerra. No está
listo.
La Princesa pensaba
decir algo, pero cuando su colega vampiro decide hacerle una pregunta, declina
y deja que sea él quien tome la palabra:
»¿Cómo va el ataque
a Cartagena?
—Hablé con el Barón
ayer y me dijo que Xitlali, su candidata a jinete de la Guerra, está teniendo
muchos problemas para llegar hasta allá. Esa región está plagada de
paramilitares y milicias amenistas, a los que se les ha unido la guardia
personal de Xiomara Cardozo. ¿Quieres echarle una mano?
Sin pensarlo dos
veces, el jerarca vampiro de la orden replica:
—Por supuesto. De
hecho, tengo a la agente indicada para ello.
________________________________________
Abu Dabi, 7:00 PM.
En algún lugar de la capital de los Emiratos Árabes, se está
llevando a cabo una ceremonia, en un recinto cerrado lo bastante grande como
para albergar cómodamente a las más de cuarenta personas allí presentes. Dicho
lugar no cuenta con iluminación natural, pero sus paredes negras están plagadas
de una escritura extraña, idéntica a la del tatuaje de la Princesa, que brilla
intensamente, cambiando constantemente de color y siendo esta la que otorga luz
a un lugar que, de otro modo, estaría en la oscuridad total. El techo además
posee cuatro grandes ojos que parecen observar amenazantemente todo lo que pasa
allí.
Además, a cada lado, hay estatuas de ángeles de ambos sexos con
espadas desenvainadas, simulando una calle de honor, cuyos ojos brillan con el
mismo patrón de las runas y coronados con halos hechos de mitegia, solo realzan
el aire tétrico del lugar.
Todos los presentes están ataviados en túnicas negras y máscaras de
arlequines de todos los colores posibles, con cruces de la anarquía empastadas
en sus pechos y sosteniendo antorchas de fuego místico, con todos los espectros
de luz conocidos, lo cual delata las «llamas» como mitegia en su estado más
puro.
De entre todos, destaca Zarina Arshavina, quien al ser sacerdotisa arxorista
ordenada, viste con una túnica blanca y, está ubicada tras una gran cruz de la
anarquía empastada en la pared.
Como las ceremonias de iniciación arxoristas se presiden en la
lengua materna del iniciado, ella la promulga en árabe:
—Damas y caballeros, estamos aquí, con los Dioses Brujos y sus
heraldos ainírs de testigos, para la iniciación de uno de nuestros grandes
aliados que, a costa de un gran riesgo para su persona, ha tenido el valeroso
gesto de unirse, en esta gran y noble comunidad arxorista.
—Alabados sean los Dioses Brujos y sus ángeles —recita ominosa y unánimemente
la romería de fieles.
De entre los presentes, una persona se quita la máscara y baja su
capucha, revelando que es un hombre de barba recortada y con una cicatriz en su
pómulo derecho.
Zarina entonces lo señala y le ordena:
—Kadir bin Sultán al Zayed, jeque de Abu Dabi y presidente de los
Emiratos Árabes, acércate.
El jeque es un hombre corpulento, cuyos dos metros de alto y mirada
amenazante, le otorgan un aire intimidante, reforzado por su túnica negra, que lo
hace ver como un apóstol de un culto pagano. Su presencia es levemente mitigada
por el hecho de tiene los ojos tapados y es la única persona que no tiene
empastada la cruz de la anarquía, revelando su estatus de iniciado, por lo que
tiene que caminar con cuidado para no tropezarse.
Como Zarina solo tiene un metro sesenta de altura, tiene que
elevarse mágicamente del suelo para poner su mano en el pecho del iniciado,
quien se detiene de inmediato y se pone de rodillas en su presencia, ante lo
cual ella menciona:
»Kadir bin Sultán al Zayed, ¿aceptas abandonar las cadenas que te
atan a este mundo?
—Acepto —el jeque afirma con firmeza.
—¿Aceptas dar la espalda al falso dios, en todas sus encarnaciones,
que esclaviza, tortura y ordena el genocidio de sus propios súbditos para su
entretenimiento personal?
Kadir duda por un instante, ya que, hasta ese día, había sido un taslimita devoto y no le resulta fácil dar ese paso. No obstante, recordar la identidad real
de aquel que ha llamado «Dios» toda su vida, hace que su convicción se haga más
fuerte:
—Acepto.
Zarina dibuja una sonrisa siniestra, mientras continúa la
ceremonia:
—¿Aceptas recibir el regalo de los Dioses Brujos y tener el poder
de alterar tu destino, según tus propios designios?
El prospecto de convertirse en hechicero es algo que nunca se le
había pasado por la cabeza, en especial porque hasta su llegada al poder, la práctica de
la magia estaba castigada con la pena capital. No obstante, cae en cuenta de
que, tras conocer de primera mano su naturaleza, ha aprendido que esta es la
clave que salvará a su pueblo de ser esclavos del Emperador de los Atlantes:
—Acepto.
Zarina da la señal a los presentes de que se acerquen a Kadir y lo
guíen hasta el centro de la habitación, tras lo cual ella declara:
—Siendo así, los Dioses y sus heraldos te pondrán a prueba. Si tu
voluntad es débil, tu alma será su alimento; si tu voluntad es fuerte, serás
bienvenido.
Tras un chasquido de sus dedos, los presentes arrojan sus antorchas
sobre Kadir, quien inmediatamente es cubierto por las llamas místicas que van consumiendo
todo lo que tocan.
Contrario a los nephilim, lilims, y vampiros, los humanos no
tienen la capacidad innata para realizar magia, por lo que, para convertirse en
hechiceros, requieren de un cuerpo de mitegia, esto es, una especie de
alma mágica que les permite conectarse con La Fuente. Los Dioses Brujos
generalmente aceptan a todos los que quieren recibir este poder, pero si juzgan
a alguien que duda en si debe recibir o no su regalo, harán que su cuerpo
físico y su alma sean convertidos en mitegia, el cual termina por convertirse
en su alimento.
—¡AAAGH!
No obstante, las llamas alrededor del jeque Kadir lentamente van siendo
absorbidas por su cuerpo, y una cruz de la anarquía se va dibujando en su mano
derecha, la marca de los Dioses Brujos que identifica a todo arxorista en el
mundo.
Como parte final de la ceremonia, todos los presentes desnudan sus
respectivas marcas, las cuales están ubicadas en diferentes partes de sus
cuerpos. La de Zarina se halla en su lengua y en el instante en que el cuerpo
de mitegia es formado, todas las marcas brillan al unísono, al tiempo que los
ojos en el techo, que representan a los Dioses Brujos, brillan con intensidad
inusitada, simbolizando la bienvenida del jeque Kadir al culto arxorista, quien,
maravillado por el nuevo poder que ahora posee, expresa:
—Está hecho. Cuando la magia inunde la Tierra y este mundo llegue a
su fin, los Emiratos Árabes la recibirán con los brazos abiertos.
Recientemente, los jerarcas de la Orden del Libro Verdadero han
dado la directriz a sus agentes por todo el mundo, de convertir a la religión
arxorista a los líderes mundiales afiliados a su causa, ya que, de acuerdo con
sus palabras «el fin está cerca», frase de connotaciones apocalípticas, pero
cuyo contexto, más allá del liderazgo de la organización, es actualmente, un
completo misterio.
Capítulo siguiente: https://gary-d-crowley.blogspot.com/2021/01/18-cronicas-de-la-retaguardia-iii.html
[0] En árabe (تسليم, lit. sumisión) es la religión mayoritaria del Mundo Árabe y la segunda religión más grande del mundo. Ocupa el lugar del islam de nuestro mundo.
[1] De hecho, la santa
patrona de Cartago, Tanit, era una manifestación de Mitaos’tarái, la Diosa
Bruja del Deseo.
[2] Término acuñado en relaciones
internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por
ejemplo un estado, para incidir en las decisiones de otros. Está formado por
tres componentes: cultura, valores políticos y políticas. Brasil
ha vendido su modelo progresista y su religión arxorista a otros países para
alinearlos con su política exterior.
Mapa del Medio Oriente (en portugués) para el 2049. Nótese que Kurdistán se independiza de Siria y que Israel, Líbano, Palestina, y el Sinaí son un solo país: Canaán. Además, Nueva Roma está compuesto por Turquía, Grecia, Armenia, y Chipre, siendo éste un estado arxorista, heredero del legado del Imperio Romano de Oriente. Por último, Ubar ocupa el lugar que correspondería a Arabia Saudita, ya que ese país no fue fundado por la Casa de Saud, sino por otra dinastía, ligada a Yahirel de Fi Ágios.