Capítulo anterior: https://gary-d-crowley.blogspot.com/2020/04/9-caprichos.html
Puerto España,
enero del 2049.
La capital de
Trinidad y Tobago es una ciudad de contrastes: por un lado, los edificios coloniales
y rascacielos de las zonas portuarias, reflejan la riqueza histórica y económica
de épocas pasadas cuando era uno de los principales centros financieros del
Caribe y aun hoy, es la ciudad más rica del país y residencia de la élite
gobernante; mientras que los suburbios tierra adentro son la expresión más
notable de la pobreza que asola al país, aislado de sus vecinos y oprimido por
una dictadura militar, sostenida solo por el apoyo que recibe desde Iquitos —capital
de la Federación Amazónica— y de los países que todavía están bajo el yugo
atlante.
En los
suburbios de la ciudad, Danaekaia y su batallón de lilims están ejecutando una «limpieza
social», cazando a los pobres como si fuesen presas en una jungla urbana,
mientras sus risas desenfrenadas inundan de miedo y desesperanza, a aquellos
que se esconden en sus casas, convencidos que esta «invasión demoníaca» es una
señal inequívoca del fin de los tiempos.
Cuando
Protogion y Yehua llegan a la ciudad, el dantesco panorama no puede ser más
chocante: las zonas costeras —protegidas por el ejército trinitense— se hallan
relativamente intactas, salvo por una pequeña pero creciente presencia de
tropas venezolanas, mientras que los suburbios se han convertido en una zona de
guerra, en donde los rebeldes y sus aliados, han quedado atrapados en combates
contra las bestias de la Atlántida.
—¡Por el
Cuarteto! ¡Tu hermana es un monstruo! ¿Acaso Danaekaia tiene algún fetiche con hacer
sufrir a esta gente? —expresa Yehua con disgusto, mientras observa la
destrucción y la carnicería desde las alturas.
Protogion
tampoco oculta su desprecio hacia la nephila:
—Ella es una
maldita racista que cree que el destino de la raza negra es el de ser la mano de obra esclava de la humanidad y por eso, se siente con el derecho de matarlos
cuando le venga en gana. ¿Por qué crees que el Caribe tiene tanta población
negra?
Yehua responde con una negativa silenciosa, aunque mira a su marido con curiosidad.
Se muere por conocer la respuesta.
»Ellos fueron
traídos desde África por ella no más permitió la colonización europea en sus
dominios, al ver que no era rentable exprimir a los indígenas con tributos. De
hecho, el negocio de esclavos africanos en el Nuevo Mundo fue su idea y esto la
hizo asquerosamente rica. Todas sus inversiones se han financiado con el dinero
que hizo durante esa época. Debo reconocer que esa maldita tiene un gran olfato
para los negocios.
La revelación
de Protogion deja pasmada a la china. Pese a que los dominios de Danaekaia
de Kappa Atrómitos son reducidos en comparación a los de sus parientes, ella se
las ha arreglado para convertirse en una de las más ricas de la familia
imperial atlante. Nacida en Liverpool, Reino Unido en 1460, fue fundamental en la promoción del tráfico de esclavos desde África a las Américas. Sus gestiones promovieron ésta actividad en las cortes europeas, lo cual sembró las bases para que ella construyera todo un imperio comercial a través de testaferros en ambos lados del
Atlántico, siendo éste, el origen de su incalculable fortuna. Incluso cuando la esclavitud dejó de ser rentable, ella se ha dedicado a establecer un monopolio sobre los sect
»En todo caso
—prosigue Protogion—, tenemos que hacer algo, antes de que nuestros planes aquí
se vayan al traste.
—¿Qué tienes
en mente? —Yehua pregunta con una sonrisa de picardía.
—Antes que
nada, hay que avisar a los venezolanos de que vinimos a apoyarlos. En cuanto a
Danaekaia, ella desea matarme más que nada en este mundo. Usemos uno de mis
hechizos para avisarle de nuestra llegada.
En un barrio cerca
de la ladera de una montaña selvática, una docena de lilims riegan la sangre de
sus víctimas sobre las calles y casas, solo para asustar a sus habitantes.
Protogion y Yehua aterrizan sobre ambos lados de la calle por donde los
lilims desfilan. Ellos reconocen al instante al traidor y su consorte vampiro y,
motivados por la ira, se lanzan a destruirlos.
—Skoteinó Astéri:
Kosmikí Kataigída.[1]
Ambos lanzan
el mismo hechizo, generando una llamarada de «fuego negro» —en realidad, una
ráfaga de hielo seco potenciado con mitegia negro— que, en vez de
quemar, convierte a los lilims en estatuas congeladas. Cuando ambos hechizos se
encuentran, ellos entrelazan y elevan las «llamas», formando una columna tan
alta que llega hasta el cielo.
Como el hielo
seco es dióxido de carbono congelado, al extenderse por la atmósfera reduce su
temperatura, creando nubes de lluvia. El mitegia negro ayuda a que las
partículas de hielo seco se extiendan velozmente. Las nubes de lluvia tapan por
completo el sol de la una de la tarde en cuestión de pocos minutos y
repentinamente, un aguacero de proporciones bíblicas cae sobre Puerto España.
Entretanto, Danaekaia
mata el tiempo empalando a los habitantes de un barrio marginal con estacas de
piedra, llegando a crear un ábaco con sus cadáveres y el cual usa para hacer
cálculos, buscando recordar su edad exacta. Sin embargo, al observar la
monumental columna mágica a tan solo un kilómetro de distancia, sus prioridades
cambian:
—¿Así que quieres
retarme, hermano? ¡Excelente! ¡Voy a partirte las malditas piernas, violaré a esa
golfa vampiresa y te arrancaré la cabeza, mientras suplicas por tu vida! —expresa
Danaekaia mientras suelta una siniestra carcajada y se lanza a cumplir una de
sus fantasías: asesinar a Protogion de Eta Efevretis de la forma más lenta y
dolorosa posible.
Sintiendo la
presencia de su hermana, el nephila ordena a su esposa vampiro que se eleven,
para no causar más destrucción a la ciudad.
Cuando
Danaekaia los encuentra, la lluvia ya está cayendo sobre Puerto España. Aunque tiene
el deseo de asesinarlos, quiere darse el gusto de amedrentarlos primero:
—Protogion de
Eta Efevretis y Heigui Yehua. El traidor y la ramera han venido a morir.
—Eres muy
ilusa si crees que vamos a morir aquí. Ya pateé el trasero de un nephila antes.
Tú no serás diferente. —expresa Yehua con una amplia sonrisa.
Danaekaia no
puede dejar de reírse del chiste:
—Tal vez no
te has dado cuenta, pero yo no soy como el arrogante de Harkotian. Si quieres
tentar a tu suerte, lánzame tu mejor golpe.
Yehua expresa odio asesino hacia la nephila, pero su marido le ordena
telepáticamente que no caiga en su provocación. Es su turno de hablar con ella:
—Esto es lo
que vamos a hacer —Protogion invoca una espada en su mano izquierda y un sable
en la derecha— retira tus tropas de Trinidad y Tobago de inmediato y te
dejaremos ir junto a tus bestias lilim y ese ekranoplano. Sería una lástima
malgastar recursos en una batalla perdida, ¿no lo crees?
Danaekaia toma
esas palabras como una amenaza y un insulto, así que, tras mofarse de la
advertencia, vuelve a la carga:
—Tú nunca
pudiste vencerme, hermano. Yo siempre fui la más fuerte de los dos.
—Si, pero
esta vez es diferente, porque no peleare solo.
Tanto
Protogion como Yehua desaparecen de la vista de Danaekaia y reaparecen a la
velocidad del rayo a ambos lados, listos a descabezarla. Pero ella, gracias a
sus reflejos y aprovechando la dureza de su armadura, se protege del ataque
combinado, parando el sable y la guandao con sus antebrazos:
—¿Ataque en
tijera? Ingenioso… ¡Pero no es suficiente!
Ella repele a
sus enemigos con una fuerte descarga de mitegia que los manda a volar casi un
kilómetro. Ha visto una ventana a la victoria:
—Dolofónos
Vrontí: Kardiá[2].
Danaekaia
transforma sus antebrazos en cañones y lanza dos finos rayos de plasma de
trayectoria irregular, pero destinados hacia sus corazones, sin importar que no
los esté mirando.
No obstante, como
Protogion conoce ese hechizo, instruye a Yehua por telepatía a que cubra su
arma de mitegia negro y la use de escudo para proteger su corazón. Los rayos
tocan sus armas y el hechizo se disipa, al tiempo que ellos logran detenerse,
listos para el contraataque.
El mitegia
negro es la manifestación de la Magia de la Creación, una de las dos Magias Cósmicas. Dicha magia se la denomina como la manifestación de los elementos fundamentales que dieron
origen al universo. Los hechizos de magias cósmicas siempre son más
poderosos que los de magias normales, razón por la cual sin importar la
letalidad del Dolofónos Vrontí: Kardiá, este será incapaz de
superar el poder en manos de Protogion y Yehua.
Al ver a sus
enemigos acercarse a toda velocidad, Danaekaia, sin saber cómo detuvieron su
hechizo asesino, hace parar la lluvia en un área de quinientos metros de
diámetro con un chasquido de sus dedos, lo cual alarma a sus enemigos y los
incita a detener su marcha. Ellos observan como la nephila va acumulando humedad
hasta transformarla en lanzas de hielo que los rodean por todas direcciones y en
tal cantidad, que una parte del cielo de Puerto España es tapado por ellas…
—Vrochí
Dolofónos[3].
Las lanzas
son disparadas a gran velocidad. Protogion, abrumado y temeroso, no sabe qué
hacer, pero Yehua sí, y ordena mentalmente a su pareja que acumule tanto
mitegia negro como pueda y que lo expulse como una descarga de fuego oscuro.
Los dos
realizan la misma táctica simultáneamente y, con las lanzas a apenas
centímetros de ensartarlos, estas son derretidas. Para rabia y espanto de
Danaekaia, la onda de fuego está a punto de calcinarla, por lo que reinicia el
chaparrón. Las gotas de lluvia, detenidas por ella, caen sobre los hechizos de
sus enemigos. Aunque logra disiparlos considerablemente, no consigue apagarlos del
todo…
—¡AAAHHH!
Las llamas
negras cubren a la nephila, pero gracias a su armadura, su cuerpo no sufre
quemaduras, más si sintió cuando la onda de calor aumentó la temperatura de la
armadura, dejando en su piel una molesta sensación de ardor.
La vampiresa
y su compañero se lanzan al ataque a toda velocidad hasta encarar a Danaekaia
en pocos segundos. La nephila crea un par de brazos mecánicos armados con machetes
de un metro de largo, mientras que un par de cuchillas, de cuarenta centímetros
de largo, surgen de los antebrazos restantes.
La batalla se
transforma en un frenético combate cuerpo a cuerpo, en el que Danaekaia, pese a
ser más baja que sus enemigos, lleva la ventaja: sus cuatro brazos logran no
solo parar cada estocada de Protogion, sino también los ataques de Yehua,
quien ataca detrás de él gracias a su guandao.
No obstante,
ella está intrigada por la precisa coordinación que ambos exhiben: Protogion aprovecha
muy bien la velocidad que le dan sus armas cortas —de 55cm de largo— al atacar.
Y aunque su estilo agresivo lo deja vulnerable a los brazos adicionales de
Danaekaia, el arma larga de Yehua —de 2.40mt de largo, con todo y hoja— lo
defiende y hace de escudo ofensivo.
Es como si no
estuviese peleando contra dos personas; sino con un ser que usa dos cuerpos a
la vez. Las mentes de ambos se han vuelto una sola.
En un choque
de armas, Danaekaia repele el sable de Protogion con una pequeña descarga de
mitegia desde una de sus cuchillas, dejando su cuello vulnerable. Está lista
para descabezarlo con un machetazo. Sin embargo, Yehua corta su brazo
derecho artificial con un tajo de su guandao.
Sorprendida,
Danaekaia se impulsa hacia atrás, quedando a más de seis metros de distancia,
desde donde hace desaparecer el machete restante para transformar ese brazo en
un cañón manual, desde el cual lanza una gran ráfaga de bolas de fuego cargadas
con electricidad.
Yehua se
ubica delante de Protogion y con su arma cargada de mitegia negro, crea un muro
de fuego, oscuro como el vacío del espacio:
—Àn xīng qiáng![4]
Las bolas de
fuego de Danaekaia son fácilmente absorbidas por el poder del mitegia negro.
Cuando el
muro desaparece, tanto Protogion como Yehua se sorprenden al ver que su
enemiga no se halla por ninguna parte.
Sin embargo,
él percibe un ataque inminente y empuja a su pareja, justo antes de ser
alcanzada por un rayo caído del cielo.
Protogion
observa a las alturas y encuentra a Danaekaia, con los brazos extendidos y acumulando
cantidades monumentales de electricidad a su alrededor, la cual usa para
amplificar el sonido de su voz:
—Jajaja, debo
admitir que no quise creerlo cuando Harkotian me lo dijo, pero ahora la verdad
está frente a mí. No solo te atreviste a usar una magia sacrílega, sino que
tuviste el descaro de unir tu alma con este…monstruo. Pero, no te preocupes,
que dos pueden jugar al mismo juego…
Yehua,
incapaz de entender el trasfondo de esas palabras, pregunta:
—¿A qué se
refiere? ¿Ella también entrelazó su alma con alguien más?
—Para nada —Protogion
sabe que sus parientes son demasiado egoístas para eso—. Danaekaia se refiere a
qué, si nosotros podemos usar una magia cósmica, ella también.
El aura de mitegia blanco, tan intensa que derrite las gotas de lluvia que caen sobre Danaekaia,
es Magia de la Destrucción, la manifestación de la mecha cósmica que desató el origen
del universo. Con él, logra extender la tormenta de rayos por toda Puerto
España y ella misma empieza a generar miles de relámpagos a su alrededor, al
tiempo que su presencia se hace tan densa, que toda persona en la ciudad con
una debilidad física termina por desmayarse.
El miedo se
apodera de Protogion y Yehua, quienes, por un instante, se hicieron a la
idea de que están luchando con un dios de verdad:
—¡Pecadores!
¡Serán castigados por su arrogancia! Theïkí Orgí: Ierí Vrontí![5]
Una tormenta
de relámpagos de proporciones apocalípticas cae sobre la ciudad, destruyendo
todo a su paso: aliados y enemigos son convertidos en cenizas, los edificios
son derrumbados, las calles son agrietadas por los impactos caídos del cielo y sus
enemigos se ven obligados a esquivar sus ataques lo mejor que pueden. Danaekaia
de Kappa Atrómitos ya no le interesa lo que pase con Trinidad y Tobago; solo
desea destruir todo y dejar un mensaje a la Orden del Libro Verdadero: hoy
fueron el traidor y su consorte; mañana, ellos serán los siguientes.
Esquivando la
tormenta de rayos lo mejor que pueden, Protogion y Yehua barajan sus
posibilidades de supervivencia: el poder de los rayos, fortalecidos por el
mitegia blanco, hace impensable ser impactados por ellos; usar el mitegia negro
como escudo tampoco es una opción, ya que, al igual que la materia y la
antimateria, explotan al contacto, lo cual resultaría fatal y; al ser almas
entrelazadas, si uno muere, el otro sufrirá el mismo destino.
Tras observar
un edificio salvarse, a pesar de haber sido impactado por un rayo, a Protogion
se le ocurre una idea, pero Yehua, quien puede leer sus pensamientos,
concluye:
—¡Es una
locura! Nuestra conexión con la Fuente podría quedar cercenada o peor aún…
¡podríamos morir!
—Sí, pero es
la mejor idea que tenemos. Si se te ocurre algo mejor, házmelo saber.
Siguiendo el
plan trazado por su compañero, Yehua apunta su guandao hacia el cielo y,
predeciblemente, es impactada por un relámpago.
—¡AAAHHH!
La vampiresa
es torturada por los trescientos millones de voltios, que intentan desgarrar
sus músculos y quemar sus órganos. Las descargas eléctricas le provocan
espasmos tan horrendos, que siente como si fuese atacada por un virus que
amenaza con mutilar cada átomo de su cuerpo, mientras que el dolor que le
provoca esa sensación es una tortura, que amenaza con destruir su mente.
Aun así, ella
se mantiene con vida e intenta concentrarse en una sola cosa: conectarse con
Protogion, que toda la energía que está destruyendo su ser, él también pueda
sentirla.
Es lo único que
importa.
—¡NNNGGHH!
No pasa mucho
para que la inescrutable tortura que padece Yehua sea sentida también por el
nephila, quien, al igual que ella, lucha para no perder el sentido. Un solo
error de su parte, y sus almas tendrán un pasaje directo hacia La Fuente.
Danaekaia se
digna a observar si sus enemigos ya cayeron. El panorama la deja tan pasmada
que, por un instante, su mente queda en blanco, por lo que exclama la única
palabra que puede explicar lo que ven sus ojos:
—¡IMPOSIBLE!
Mientras Yehua hace las veces de pararrayos, atrayendo toda la electricidad que cae
del cielo hacia la punta de su alabrada, Protogion, quien se halla a más de
cien metros a su derecha, está generando una esfera de plasma y mitegia blanco
de proporciones descomunales.
Todo
hechicero es básicamente un conducto que toma mitegia de La Fuente y la manipula
de acuerdo con sus necesidades. Aplicando este principio, si Yehua atrae los
relámpagos mágicos hacia ella, puede absorberlos, pasarlos a Protogion para que su cuerpo no estalle por el enorme flujo de energía que entra en él y que su pareja lo redirija hasta su origen, una maniobra que solo es posible gracias al
Entrelazamiento de Almas. No obstante, este acto no está exento de riesgos: como
sus cuerpos no están adaptados al mitegia blanco, éste es veneno para sus
entrañas, por lo que la posibilidad de sufrir heridas irreparables, como
atrofiar su conexión con La Fuente, o peor aún, cercenarla permanentemente y
ser incapaces de usar magia por toda la eternidad, es una amenaza muy real de
la que solo tienen un 10% de posibilidades de salvarse.
—Theïkó
Anáthema: Aníenos Vrontís[6]
Desde la
punta de sus armas, Protogion expulsa un gigantesco rayo de plasma y mitegia
blanco, de más de diez metros de espesor, que hace las veces de sol en medio
del cielo oscurecido por el diluvio. Atónita, Danaekaia sabe que no tiene
posibilidades de escapar, así que crea un escudo con su armadura y se apresta a
aguantar lo mejor que pueda.
—¡AAAGH, ESTA
ME LAS PAGARÁN!
Pese a sus
esfuerzos, la fuerza del ataque es tan descomunal que lanza a la nephila más
allá de las nubes, con rumbo desconocido. La tormenta de rayos cesa —pero la
lluvia sigue cayendo— y Protogion y Yehua, agotados por su arriesgada
maniobra, deciden aterrizar en la azotea de un edificio cercano, violentan la
puerta que da acceso al interior del edificio y se recuestan en una pared
cercana.
La vampiresa
cierra los ojos, posa su cabeza en el pecho de su compañero y le dice:
—Por lo que
más quieras, no me vuelvas a pedir que haga eso, ¡jamás!
El nephila toma
nota de la protesta, frota con ternura la testa de su pareja y, con una sonrisa
tímida, replica:
—Tienes mi
palabra.
Esas fueron
sus últimas palabras antes de que ambos quedaran inconscientes. Aunque no
murieron, por el momento es imposible saber cuáles han sido las secuelas de haber
jugado con su suerte. Y aunque ya no puedan ayudar a sus aliados en el terreno,
la mayor amenaza que se cernía sobre ellos ha sido neutralizada.
_______________________________________________
Dos semanas
después.
Tras haber
sido encontrada flotando en medio del mar, Danaekaia fue encontrada por sus
esclavos tras una intensa búsqueda por todo el Caribe, hasta ser encontrada en
aguas territoriales dominicanas, seis días después de la Batalla de Puerto
España, desnuda e inconsciente.
Ella despierta
en sus aposentos dentro del Jerusalén, rodeada por algunos de sus
esclavos, quienes se asustan al verla gritar de golpe tras recuperar la
consciencia.
—Cálmese ama.
Ya está bien. —dice uno de sus esclavos, mientras le sirve una aromática.
La nephila
pensó en dispararle, pero el gesto de amabilidad y los dolorosos moretones y
quemaduras, producto del ataque de Protogion y el sol tropical, la hace
desistir. Toma la bebida y pregunta qué le pasó, a lo que otra sirviente responde:
—Después de
su batalla contra los traidores, los lilims se descontrolaron y tuvimos que
ordenar la retirada. La lucha aún continúa en Trinidad y Tobago, pero todo
indica que es una batalla perdida y el gobierno militar ya ha pedido asilo en
Iquitos, la capital de la Federación Amazónica. Ahora mismo, estamos en aguas
territoriales de República Dominicana. Pensamos que sería buena idea preparar a
nuestros dominios para una posible revolución pro-brasileña.
—De modo que
al final, todo fue para nada. —expresa Danaekaia con desgano, pero se alegra un
poco al ver que su rosario continúa en su mano.
Sus esclavos
no se atreven a decir una palabra.
»Como sea —prosigue la
nephila—, el Emperador debe saber que Protogion se ha
vuelto una amenaza demasiado grande. No podemos ignorar el crecimiento
descomunal de sus fuerzas y peor aún, no podemos confirmar ni negar la
posibilidad de que la Orden del Libro Verdadero lo esté apoyando.
—¿Quiere que
contactemos con Lord Harkotian para que investiguen sobre ello? —pregunta
otro de sus esclavos.
Danaekaia
razona por unos instantes dicha propuesta. Si bien una colaboración entre sus
parientes sería la opción más lógica, también recuerda que la familia imperial
atlante puede llegar a ser muy traicionera y un gesto así, puede ser visto como
un acto de debilidad que otros en la familia pueden aprovechar para hacerla
caer en desgracia ante el Emperador. Sin embargo, la coyuntura es atípica, y la
posibilidad del renacer de un viejo y peligroso enemigo es una situación
demasiado peligrosa como para pasarse por alto.
—Excelente
idea. —La nephila exclama complacida. —Ahora, si me disculpan, necesito descansar.
Encárguense de todo y no me molesten. Estaré con ustedes al despertar.
—¡Sí, ama! —Los
esclavos pronuncian al unísono, para posteriormente retirarse y dejar que ella
descanse.
Aunque
Danaekaia abuse de ellos a placer, sus esclavos lilim nunca la abandonarían,
incluso si su vida dependiera de ello. Es el trágico destino de aquellos que
han sido infectados por el parásito ardat lili: ser esclavos de falsos dioses
por toda la eternidad.
______________________________________
Brasilia, un
mes después.
Después de su
batalla contra Danaekaia, Protogion y Yehua fueron encontrados por unidades
del ejército venezolano, quienes de inmediato los trasladaron a un hospital de
campaña. Las noticias llegaron a Brasilia a los pocos minutos y los jerarcas de
la Orden del Libro Verdadero se horrorizaron al ver malheridos a sus aliados,
pero al mismo tiempo, aliviados de saber que estaban a salvo, por lo que
inmediatamente ordenaron trasladarlos a un hospital propiedad de la orden, con
médicos practicantes de magia curativa de muy alto nivel, esperando que puedan
sanarse en el menor tiempo posible.
Ambos se
despiertan tras pasar un mes en coma. Abren sus ojos y ven a la Princesa,
roncando en una silla y como es costumbre, ataviada en un uniforme de teniente general
del ejército del aire español.
—¿Hace cuánto
está aquí? —pregunta Yehua mentalmente a su pareja para no despertar a la
Princesa, y visiblemente conmovida por el gesto.
—No tengo
idea —responde Protogion, igual de tocado que la vampiresa—. Pero a
juzgar por sus ojeras, se ve que ha estado aquí mucho tiempo.
La Princesa
eventualmente se despierta y se alegra al ver que sus aliados han recuperado la
consciencia, por lo que les dice:
—Bienvenidos
de vuelta al mundo de los vivos.
—Gracias,
lady Tanniyn. No tenía que molestarse. —replica con agrado Yehua.
—Para nada —exclama
la Princesa—. Somos amigos y quise cuidar de ustedes, aprovechando que las
cosas en Colombia van viento en popa y, mi presencia no es requerida por el
momento.
De todos los
líderes de la orden, la Princesa ha sido la que más confianza ha desarrollado
con los Kuraikame, ya que comprende las razones por las que Protogion dio la
espalda a sus propios parientes, renunciando a todos los privilegios que
conlleva pertenecer a la familia imperial.
»Dicho esto,
cuando estuve charlando con los médicos, ellos me revelaron que ustedes
cometieron una… imprudencia. —expresa la Princesa, con un tono más severo.
—¿De qué
habla, lady Tanniyn? —pregunta Protogion, simulando no saber de qué está
hablando.
Él no tendrá
la oportunidad de arrepentirse de haber hecho eso:
—¡JODER
MACHO! ¡¿ACASO CREÉIS QUE SOY GILIPOLLAS O QUÉ?! —la Princesa exclama con
furia— Tuvieron
mucha suerte de no quedar desconectados de La Fuente después de lo que hicieron.
Debería jalar sus putas orejas por haber cometido la imprudencia de manipular
mitegia blanco, a sabiendas que sus cuerpos no pueden soportarlo. ¡Ustedes no
tienen idea de la tortura que significa ser incapaces de usar magia por toda la
eternidad!
Apenados por
haber insultado la inteligencia de su amiga, Protogion y Yehua se disculpan
al unísono con ella, mas su frase final deja impactado al nephila:
—¿A qué se
refiere con ser incapaces de usar magia por toda la eternidad?
Repentinamente,
el ambiente se hace pesado y la Princesa se mantiene en silencio por un tiempo
que parece perpetuo, hasta que Yehua rompe el hielo:
—Lamentamos
haberla molestado, lady Tanniyn. No era nuestra intención.
La Princesa
sonríe con timidez, aceptando las disculpas de la vampiresa y, a manera de
disculpa por el momento de tensión, replica:
—No, está
bien. Prometo explicarles a qué me refería con eso, pero no ahora.
—¿Por qué? —pregunta
un desconcertado Protogion.
La Princesa
sonríe misteriosamente y responde:
—Ustedes
tienen que recuperarse y estar listos para el gran día, porque recuerden
amigos: este mundo tiene sus días contados, y nosotros seremos quienes invocaremos
el apocalipsis.
Capítulo siguiente: https://gary-d-crowley.blogspot.com/2020/06/11-consumacion.html
[1] En griego (Σκοτεινό Αστέρι: Κοσμική Καταιγίδα)
«Estrella Oscura: Tormenta Cósmica».
[2] En griego (Δολοφόνος Βροντή: Καρδιά) Relámpago Asesino:
Corazón.
[3] En griego (βροχή δολοφόνος) Lluvia asesina.
[4]
En chino (暗星墙!) ¡Muralla de la Estrella Oscura!
[5] En griego (Θεϊκή Οργή: Ιερή Βροντή!) ¡Ira Divina!: ¡Relámpago
Sagrado!
[6] En griego (θεϊκό ανάθεμα: ανίενος βροντής) Anatema
Divina: Relámpago Impío.